Educación Ambiental: una política pública no tan visible pero necesaria
*Por Enzo Araujo.
Estamos en un contexto de fin de un gobierno nacional que no pudo mejorar la economía del pueblo argentino mientras arrastramos la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de 45 mil millones de dólares tomada en 2018 por Macri. En este periodo ocurrió algo no menor que fue la pandemia de covid 19 y el presidente Alberto Fernández ha remarcado en innumerables ocasiones que la guerra Rusia-Ucrania y la sequía son un obstáculo para la redistribución de los ingresos. Aprovechando esta situación la oposición al gobierno ha adoptado un fuerte discurso contra el Estado. Sin embargo, cuando ese tipo de fuerzas políticas ha gobernado, como por ejemplo los gobiernos de Carlos Menem, Fernando De La Rúa y Mauricio Macri, los recortes sobre el Estado lo sufrieron quienes trabajan en él y quienes son beneficiarios directos o indirectos de políticas públicas. A continuación, esta nota intentará introducir a quien la lea de algunas políticas públicas del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, más precisamente en materia de educación ambiental.
En 2021 el Congreso de la Nación sancionó la Ley de Educación Ambiental Integral Nº27621. Uno de los objetivos de esta norma es la elaboración de estrategias que se puedan aplicar en todos los rincones del país siendo el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el Ministerio de Educación los organismos responsables junto a todas las provincias a través del Consejo Federal de Medio Ambiente y el Consejo Federal de Educación. Cabe señalar que además de las instancias de educación ambiental que forman parte del ámbito formal como ocurre dentro de las escuelas u otras instituciones educativas, también hay instancias ocasionales y/o itinerantes. En ese sentido el Ministerio de Ambiente lleva adelante actividades en las que sus trabajadores interactúan directamente con los ciudadanos promoviendo prácticas sostenibles como la separación de residuos y el compostaje, que son parte de la economía circular, y ofrecen una experiencia inmersiva para conocer distintos parques nacionales mediante lentes de realidad virtual.

Los trabajadores y trabajadoras del ministerio cuentan que han realizado actividades en materia de educación ambiental en distintas partes del país. A la gente le llama la atención los lentes de realidad virtual. Les comentan que con los aparatos creados por Meta se pueden ver diversos parques nacionales en 360 grados, como si uno estuviera ahí, y que se tratan de áreas protegidas que deben cuidar el Estado, los gobiernos y las personas que habitan Argentina. Las opciones son Los Glaciares en Santa Cruz, Lanín en Neuquén, El Palmar en Entre Ríos, el observatorio de estrellas El Leoncito en San Juan, o Los Cardones en Salta. “El más elegido por chicos y grandes es el Parque Nacional Los Glaciares”, explica uno de los laburantes y agrega que también se puede ver y acceder a más información en 360.parquesnacionales.gob.ar pero no es lo mismo en pantalla plana. También hay trivias sobre humedales, bienestar animal, cambio climático, separación y compostaje entre otras temáticas.

En las jornadas interministeriales de El Estado en Tu Barrio o en charlas para instituciones los laburantes del ministerio, más precisamente de la Dirección Nacional de Educación Ambiental y Participación Ciudadana, hacen especial énfasis en hablar de economía circular. A diferencia de la economía lineal en la que todo se usa y se descarta, la economía circular plantea que los residuos pueden ser utilizados como recursos para reingresar al sistema productivo. En palabras más coloquiales, todo junto es basura pero separado son recursos. La separación en principio puede ser en tres partes. Por un lado, lo que se descarta como basura. Por otro, los
residuos reciclables que abarcan plástico, latas, papel y cartón limpios y secos. Un tercer grupo corresponde a residuos orgánicos para compostar que se tratan básicamente de restos de frutas y verduras, yerba y cascaras de huevo. Adoptar esas prácticas implica colaborar con reducir la basura que se genera en Argentina que equivale a cincuenta mil toneladas por día y la mayoría termina en basurales a cielo abierto. Sin embargo, más allá de la importancia de la concientización, también es importante la existencia de políticas que inviertan en plantas de tratamiento de residuos y el cierre de basurales a cielo abierto. En noviembre de 2022 se reglamentó la Ley Nº 25.916 sobre gestión de residuos domiciliarios que estableció diferentes
colores para emplear la separación: negro para basura; verde para reciclables en general; marrón para orgánicos; amarillo para plástico; azul para papel y cartón; blanco para vidrio; y gris para metal. Si bien la implementación de estos colores no es visible en la calle o en instituciones, la idea es que con el paso de los años se conviertan en parte de nuestra cultura.


Adoptar estas prácticas también puede colaborar indirectamente con reducir los gases de efecto invernadero que fomentan el cambio climático y la preservación de la biodiversidad, es decir, los animales y las plantas. En éste último aspecto, las jornadas interministeriales Educación Ambiental suele contar con dibujos de animales en peligro de extinción, con estilo
de caricatura, en vivo a cargo de uno de los trabajadores que ayuda a concientizar sobre la importancia de las diversas especies de forma lúdica.

Días después de las PASO algunas lecturas políticas al respecto expresaron que en muchos votantes que no eligieron a Unión por la Patria no quieren destruir el Estado, sino que pretenden un Estado que funcione mejor a favor de los ciudadanos y ciudadanas.

Con respecto al ambiente y políticas públicas, el candidato a presidente de Unión por la Patria Sergio Massa se expresó en la Jornada Acuerdo para la Acción Climática: “Tenemos que construir un tratado como sociedad que nos permita establecer los parámetros que nos lleven a que desarrollo y ambiente no aparezcan como contradictorios sino como complementarios. En plena campaña aparecen los que dicen que si un río termina siendo contaminado se paga, porque tiene un precio, con la misma liviandad que dicen que se puede vender un pulmón. Para nosotros, ni el ambiente ni los órganos tienen precio porque tienen que ver con la vida.”