EL REFUGIO QUE NECESITAMOS
*Por Enzo Araujo.
Partiendo del concepto del álbum El Refugio de El Bordo, este texto busca trazar un hilo entre algunos problemas actuales en tiempos en los que parece que ser cruel es ser cool.
El 18 de mayo El Bordo realizó un recital por tercera vez en su historia en el Luna Park. Cuatro días más tarde en ese mismo lugar el presidente cumplió su capricho de cantar con una puesta en escena bizarra que incluyó a su diputado fetiche tocando la batería. Sin embargo, eso no será el foco más importante de esta nota.
La banda que lidera Ale Kurz se había presentado por última vez en ese escenario el 17 de septiembre de 2017. Aquella noche El Bordo presentó su séptimo, y ahora ante último, disco de estudio: El Refugio. En aquel entonces el gobierno argentino comandado por Macri todavía no se había endeudado por 100 años con el Fondo Monetario Internacional pero las imágenes de la represión policial se estaban tornando sigilosamente más habituales. De hecho, desde hacía más de un mes un jovén llamado Santiago Maldonado se encontraba desaparecido y había sido visto por última vez en una manifestación de la comunidad Pu Lof en Cushamen, Chubut, que había sido violentamente atacada por gendarmería nacional. La ministra de seguridad era Patricia Bullrich, la misma que hoy, y el actual ministro de economía, Luis Caputo, era el ministro de finanzas. Parece que no hubiera pasado el tiempo o que entre fines de 2019 y 2023 apenas hubo un débil paréntesis.
El Refugio empieza con Corazones Olvidados cuya segunda estrofa expresa: “Un concierto que nos da la bienvenida al refugio de sus almas donde sanan las heridas.” Ale Kurz contaría más adelante que compuso esa canción un día que visitó el hospital psiquiátrico Borda. Refugio es un concepto que se repite en otro tema llamado La Libertad cuyo estribillo exclama: “La libertad se hace canción en el refugio de tu voz. Sueños de revolución.” Para El Bordo, El Refugio también es el nombre que le pusieron a su estudio.
Se suele decir en estos tiempos que la sociedad está rota, que la gente está rota. Quizás eso se deba a la falta de refugios.
Si uno para la oreja en los lugares de trabajo escuchará que hay conversaciones habituales acerca de pastillas para dormir o para calmar la ansiedad. En diálogo con El Grito del Sur, la psicóloga y subsecretaria de Salud Mental de la provincia de Buenos Aires Julieta Calmels explicó que en los últimos años además del consumo de alcohol, “también aumentaron los consumos de la tecnología y el de psicofármacos, que a veces tienen que ver con regular el sueño y la ansiedad, factores que se vieron muy afectados por la pandemia”. Luego aclaró que “no todos los consumos son problemáticos”. Las amistades que poseen la capacidad de soltarse comentan sus problemas de ansiedad, sus angustias, la necesidad de ir a hacer terapia o encontrar un nuevo profesional de la psicología que pueda ayudar. Inclusive hay gente que da mensajes depresivos encriptados, y no tanto, en redes sociales. ¿Qué tan lejos estamos de los del Borda si no encontramos un refugio?
En su visita al canal de stream Gelatina el diputado nacional Máximo Kirchner mencionó a la salud mental y la soledad como un problema grave de la actualidad. En ese sentido planteó que hay que construir comunidad y una posible solución desde su punto de vista es sumarse a militar políticamente como un refugio. Más allá de las pasiones, deseos y motivaciones de cada quien, el ser humano se potencia cuando se siente parte de algo mucho más grande que una mera individualidad. Cuando uno se siente parte de un colectivo también siente que sus acciones pueden trascender al tiempo y de esa manera darle un sentido superior a su existencia. Sobre todo si se trata de una persona que, por ejemplo, le duele ver gente durmiendo en la calle por falta de vivienda. “La organización vence al tiempo”, planteaba un viejo sabio. De todas formas, quizás no todos busquen algo extraordinario y grandilocuente. A lo mejor compartir una comida con amigues (no te podes ofender por el uso de una E, madurá) también puede ayudar.
Estamos en un momento en que el discurso oficial del gobierno institucionaliza la crueldad mediante la mentira como pocas veces visto en la historia y también se desprecia lo colectivo y solidario. Mientras aumentan los precios del transporte, los servicios y la comida y a su vez más gente se queda sin trabajo, el fusible presidencial con tratamiento capilar intenta argumentar que el gobierno no entrega los más de 5 millones de kilos de alimentos disponibles a comedores porque supuestamente son truchos.
Recomiendo la lectura de una nota de Zorzal Diario titulada Dan comida a miles de personas y el gobierno los acusó falsamente de no existir.
Hay una criminalización de la exclusión sobre todo en mensajes y acciones del gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires al expulsar de espacios públicos a personas en situación de calle que no tienen a donde ir y venderlo como limpieza. Eso es un claro ejemplo de deshumanización en el que el Estado no considera personas a seres humanos que carecen de un techo propio. En otras palabras, para ser hay que tener y la carencia te convierte en un paria. Sumado a eso, quienes alquilan están al borde del abismo si los trabajos en relación de dependencia están en riesgo y quienes laburan de forma independiente dependen de la capacidad de consumo que tenga la sociedad gracias a sus ingresos.
¿Ese ‘para ser hay que tener’ no se relaciona con los pibes del secundario haciendo apuestas deportivas en línea a la hora del recreo y las pibas obsesionadas con la imagen de mujeres con mil filtros de Instagram? A contramano del gobierno nacional, la intendenta de Moreno, Mariel Fernández, lanzó un video con estas problemáticas dirigido a jóvenes con un tono de invitación al área de juventud del municipio.
A fines de abril el dirigente político Juan Grabois compartió en sus redes sociales que con Natalia Zaracho e Itai Hagman en la cámara de diputados de la nación, con Federico Fagioli y Lucía Klug en la legislatura bonaerense, y con Victoria Freire en capital están trabajando en un proyecto de ley que regule las apuestas online para “cuidar a las familias y sobre todo a los pibes de la “libertad” para la destrucción”.
Retomando el concepto de que la sociedad está rota, hay cierta identificación con el actual presidente como un roto desde una perspectiva individualista cargada de frustraciones y con desprecio a otros como una suerte de chivos expiatorios deshumanizados. Capaz la oración anterior no se entendió. En palabras más simples, es como si creyeras que te va mal por culpa de tu vecino que vive en peores condiciones que vos. Sin embargo, parece haber un deseo de sentirse parte de algo en quienes asistieron al Luna Park a escuchar cantar al presidente y discursear con insultos y mentiras que es de la única manera que sabe expresarse. Pensando política y socialmente a futuro habría que ver si las frustraciones al menos de una importante porción de seguidores continúan cuando no puedan cumplir sus ambiciones individuales a causa de la política económica del actual gobierno.
A quienes les duelan las injusticias y carguen con frustraciones individuales o colectivas tendrán que buscar refugios sanos ya sean físicos o mentales en estos tiempos complejos. Quizás uno de ellos sea el sentido de patria.